De acuerdo con la tradición etíope, Menelik I llevó el instrumento a Etiopía desde Israel, dónde David había utilizado la begena para calmar los nervios del rey Saúl y curarlo del insomnio.
Una canción puede durar unos minutos a varias horas dependiendo del texto y la persistencia de quien utiliza el instrumento.
Sin embargo, en 1972, la Escuela de Música Yared en Adís Abeba comenzó con la instrucción formal de la begena, y desde que el nuevo régimen ha dado prioridad a las artes, la begena todavía existe.
A pesar de que la begena tiene diez cuerdas, solo seis se escuchan tocando.
Es decir, la mano derecha toca las cuerdas uno, tres, cuatro, seis, ocho y diez.