Se llama bayanismo a la doctrina de Miguel Bayo.
Tales eran aquellas que se referían a la gracia, al libre albedrío, la muerte de Jesucristo, el pecado original, etc., proposiciones que fueron condenadas por Pío V el 1.° de octubre de 1567, en número de sesenta y seis y que se pueden referir a tres clases principales: Esta doctrina, composición extravagante según los teólogos ortodoxos, de pelagianismo, luteranismo y calvinismo, se encontraba directamente opuesta a las doctrinas del Concilio de Trento y fue por consiguiente vigorosamente combatida desde su nacimiento por los censores eclesiásticos.
Este procuró en vano justificarse por medio de una epístola apologética que dirigió a Roma en 1569; tuvo precisión de someterse y de depositaren manos del vicario general Morillon una retractación en buena forma.
Sus discípulos, menos dóciles que él, se agitaron en más de una ocasión para despertar sus ideas y volver a emprender su enseñanza.
Sin embargo, algunos años después, Jacobo Janson, profesor de teología en Lovaina, despertó las opiniones de Bay y tuvo por discípulo a Jansenio, obispo de Ipres que, en su libro titulado Augustinos, procuró resucitar una doctrina formalmente condenada, doctrina que debe ser así considerada como la fuente primera del jansenismo.