Bautismo de los neófitos (Masaccio)

Posiblemente encargados a Masolino, quien tenía como ayudante al joven Masaccio, sólo se sabe y a través de testimonios indirectos que ambos los habrían iniciado en 1424 y que a partir de 1425 sería Masaccio en solitario quien los continuara por la partida de Masolino hacia Hungría.

Este fresco, ambientado en un valle entre empinadas colinas, nos muestra algunos jóvenes que se preparan para recibir el bautismo.

Uno de ellos, con una anatomía perfectamente modelada, está arrodillado en el río y lo recibe con las manos juntas.

Otro espera su turno desvestido, temblando y con los brazos cruzados en una representación de un gran realismo.

Pedro luce un gesto enérgico y elocuente volteando firmemente el cáliz en la dirección que mejor la percibe el espectador.

La obra antes de la restauración