Dicho grupo finalmente acabó disuelto y se crearon las Fuerzas Democráticas Sirias.
Según Redur Xelil, un portavoz militar kurdo, la razzia no tenía como objetivo recapturar la ciudad, sino causar el mayor daño posible, tal como se había durante la Masacre de Kobane, acaecida en junio del año anterior.
Otras fuentes kurdas señalaron que Turquía les había suministrado armas occidentales e información.
Los terroristas utilizaron coches bomba para atacar puntos de control, mientras se disparaban morteros desde Raqqa.
Por su parte, el OSDH afirmó que habían muerto 47 combatientes kurdos y 15 civiles.
Como respuesta al ataque, las YPG lanzaron una nueva ofensiva contra Daesh, nombrada «Venganza de Êlîn y Cûdî» en honor a dos niños kurdos muertos en la razzia terrorista.