Batalla de Plassey

En el siglo XVIII había cesado toda rivalidad entre la Compañía Británica de las Indias Orientales y sus homólogos neerlandeses o portugueses.

El resto del ejército, 45.000 personas, formó un arco desde la pequeña colina hasta una posición a 800 yardas (730 metros) al este del ángulo sur de la arboleda, amenazando con rodear al ejército relativamente más pequeño de Clive.

Ordenó a sus tropas que avanzaran desde la arboleda y se alinearan frente al tanque más grande.

Su ejército estaba formado por 750 infantes europeos con 100 topasses, 2100 cipayos (dusadhs)[10]​ y 100 artilleros asistidos por 50 marineros.

Esto como señal, el resto de la artillería del nabab inició un intenso y continuo fuego.

Sus disparos no sirvieron para inmovilizar la artillería sino que impactaron en las divisiones de infantería y caballería.

Clive convocó una reunión de su personal para discutir el camino a seguir.

Los británicos utilizaron lonas para proteger sus municiones, mientras que el ejército de nabab no tomó tales precauciones.

[17]​[18]​[19]​[20]​ Siraj había permanecido en su tienda durante todo el cañoneo, rodeado de asistentes y oficiales que le aseguraban la victoria.

Cuando escuchó que Mir Madan había sido herido de muerte, se sintió profundamente perturbado e intentó reconciliarse con Mir Jafar, arrojando su turbante al suelo y rogándole que lo defendiera.

Luego montó en un camello y, acompañado por 2.000 jinetes, partió hacia Murshidabad.

Clive respondió que se reuniría con Mir Jafar en Daudpur a la mañana siguiente.

Mir Jafar llegó a Murshidabad con sus tropas la tarde del 24 de junio.

Clive fue llevado al palacio del nabab, donde fue recibido por Mir Jafar y sus oficiales.

En 1759, los británicos derrotaron a una guarnición francesa más grande en Machilipatnam, asegurando los Circars septentrionales.

En 1759, Mir Jafar sintió que su posición como subordinado de los británicos no podía ser tolerada.

De hecho, los británicos emergerían como gobernantes del subcontinente en los años siguientes.

La artillería del nabab sobre plataforma móvil. Un gran escenario, elevado a dos metros del suelo, transportaba además del cañón, todas las municiones que le pertenecían, y a los propios artilleros que manejaban el cañón, en el propio escenario. Estas máquinas eran arrastradas por 40 o 50 yuntas de bueyes blancos, de mayor tamaño, criados en el país de Purnea; y detrás de cada cañón caminaba un elefante, entrenado para ayudar en los tirones difíciles, empujando con la frente contra la parte trasera del carruaje.