Batalla de Nihriya

Cuando Suppiluliuma I (siglo XIV a. C.) conquistó Mitanni, creó dos virrenaitos (Alepo y Karkemish), y repartió gran parte de las tierras de este reino entre sus aliados.

Esta gran expansión del poder hitita fue la causa última de la guerra entre hititas y egipcios, lo que aprovechó Asiria para ir ocupando progresivamente el hueco dejado por Mitanni; así, ya en tiempos de su rey Urhi-Tesub (principios del siglo XIII a. C.), los hititas tuvieron que resignarse a ver como su estado vasallo, Mitanni, era conquistado por los asirios.

La expansión asiria continuó, hasta llegar a un ataque, en una fecha no determinada con exactitud, sobre los distintos reinos de Nihriya, bajo el mando del rey Tukulti-Ninurta I (aunque para algunos historiadores, el rey en cuestión pudo haber sido Salmanasar I o Ashur-nadin-apli).

Aunque las hostilidades continuaron entre los dos imperios, no hubo mayores consecuencias para los hititas a largo plazo, ya que Asiria fijó su atención en la conquista de Babilonia,[2]​ proyectó en el que invirtió demasiados recursos como para intentar una expansión en su frontera occidental.

El imperio hitita pudo, por tanto, vivir sus últimos años en paz, hasta su desaparición bajo la oleada de los pueblos del mar (aprox.