Di Xin utilizaba al Rey Wen para proteger su retaguardia mientras él estaba implicado en una campaña suroriental.
La razón de este retraso se debió a que el Rey Wu creía que la "orden divina» para conquistar Shang no se había dado y con el asesoramiento de Jiang Ziya esperaba la oportunidad adecuada.
Sin embargo, para asegurar aún más su victoria, le dio armas a unos 170.000 esclavos para proteger la capital.
Pero estos esclavos no querían luchar por la corrupta dinastía Shang, y se pasaron al ejército Zhou.
Aun así, muchas tropas leales a los Shang lucharon, y la batalla muy sangrienta que siguió, se describe en el Shijing (poema #236), según la traducción de James Legge: Las tropas de Zhou estaban mucho mejor entrenadas, y su moral era alta.
Los Zhou victoriosos mostraron poca misericordia con los derrotados Shang, derramando suficiente sangre como "para hacer flotar un tronco".