[1] El resultado fue una contundente victoria para las tropas católicas.
Coligny tuvo que levantar el sitio que había puesto a Poitiers en julio,[2] cuando se aproximaba el ejército católico.
[1] Según datos de la época, los protestantes sufrieron de 6000 a 10 000[3] bajas entre muertos y heridos, en tanto que los católicos solo perdieron unos 600 hombres.
E. Crowe señala que los hugonotes solían tener más éxito en pequeños combates, en parte porque su caballería realizaba incursiones rápidas con las cuales podían vencer fácilmente a pequeños grupos de soldados, pero no tanto en batallas contra formaciones más grandes.
[4] Coligny resultó gravemente herido en la boca por un disparo del marqués Filiberto de Baden, tras el cual el almirante le mató,[1] y pudo retirarse hacia el sur y reorganizar sus fuerzas para marchar hacia París.