Los iraquíes iniciaron el ataque al kibutz, tratando de cruzar los puentes sobre el río Jordán.
Los vehículos blindados británicos abandonaron rápidamente el edificio y se dirigieron a su base en Beit She'an.
La Legión Árabe, todavía bajo control británico en esa época, les ordenó desocuparlo.
Poco después, la guardería del pueblo sufrió fuertes disparos directos y quedó completamente destruida.
Los no combatientes se reunieron en el comedor del pueblo, cuyas paredes eran gruesas.
Un boletín oficial fue emitido por el cuartel general israelí del valle del Jordán fue emitido y exigió tomar todas las medidas para evacuar a los heridos y a los niños.
Cuando volvieron al kibutz recibieron la orden de cesar el fuego, pero la Legión no cumplió con su promesa, pues continuó con los bombardeos aunque en menor intensidad.
El rey Abdullah decidió prorrogar el ultimátum a otro día hasta el 30 de abril, pero incluso expirado el plazo no cumplió su amenaza.
Ellos vadearon el río en su lugar en un punto más bajo, después de haber erigido un puente temporal, pero al parecer no podían traer a los tanques.
Los defensores no contestaron el fuego y guardaron sus municiones para repeler el ataque inminente.
Los iraquíes reventaron la puerta del fuerte, pero los israelíes los hicieron retroceder tras poner fuera de combate 6 tanques.
Los proyectiles golpearon la concentración de camiones y el combustible comenzó a arder.
Los iraquíes llegaron a la conclusión de que no podían avanzar.