A pesar de las superiores armas y tácticas de los Mongoles, que establecieron la dinastía Yuan en China cerca del 1270, las fuerzas Yuan que desembarcaron en la bahía Hakata, estaban superadas en número por las fuerzas japonesas; los japoneses se estuvieron preparando, movilizando guerreros y reforzando las defensas desde que oyeron las derrotas en Tsushima e Iki.
Los defensores japoneses fueron apoyados por las tormentas que hundieron una porción considerable de la flota Mongola.
[4] Nihon Ōdai Ichiran explica que los invasores fueron derrotados por la falta de flechas.
Esa noche, la Dinastía Yuan perdió una tercera parte de sus fuerzas en un tifón.
Ellos se batieron en retirada hacia Corea, prefiriendo reagruparse y continuando sus ataques.