Batalla de Blair Mountain

La primera familia que pretendían desalojar fue una mujer y sus hijos; el marido no estaba en casa en ese momento.

Los mineros que presenciaron la escena se pusieron furiosos y enviaron un mensaje a la ciudad.

Albert Felts respondió que tenía una orden de arresto contra Hatfield.

[12]​ El alcalde, Cabell Testerman, fue alertado de la situación y acudió al lugar.

[12]​ Este tiroteo fue conocido como la Masacre de Matewan, y su significado simbólico fue enorme para los mineros.

Tuvo un gran impacto mediático y atrajo mucha atención hacia la causa de los mineros.

[19]​ Desde el principio, los mineros percibieron que la aplicación de la ley marcial no era imparcial.

Chambers fue acribillado a balazos y rodó hasta el final de las escaleras.

Se organizaron a lo largo del río Little Coal y comenzaron acciones de vigilancia.

El sheriff Don Chafin del condado de Logan envió tropas a la zona de Little Coal River, donde mineros armados capturaron a los soldados, los desarmaron y los hicieron huir.

Los líderes sindicales Frank Keeney y Fred Mooney se reunieron con el gobernador Ephraim Morgan para presentarle una petición con las demandas de los mineros.

[27]​ En una manifestación realizada el 7 de agosto, Mary Harris "Mother" Jones pidió a los mineros que no marcharan a los condados de Logan y Mingo y crearan el sindicato por la fuerza.

Mientras tanto, el sheriff antisindical Chafin[28]​ había comenzado a establecer defensas en Blair Mountain.

Al día siguiente, el presidente Warren G. Harding amenazó con enviar tropas federales y bombarderos Martin MB-1 del ejército.

Enfurecidos, los mineros regresaron a Blair Mountain, muchos de ellos viajando en trenes requisados.

[30]​ Los tiroteos esporádicos continuaron durante una semana, y en algunos momentos los mineros estuvieron cerca llegar a la ciudad de Logan.

Los mineros, muchos de los cuales eran veteranos, no estaban dispuestos a disparar contra las tropas estadounidenses.

[41]​ Aunque la mayoría fueron absueltos por jurados populares, otros fueron encarcelados por hasta cuatro años, y el último condenado recibió la libertad condicional en 1925.

Esto finalmente resultó en una gran victoria sindical unos años más tarde durante el New Deal en 1933.