Su padre, Carlos Pallarols Cuni, construyó un bastón para el presidente Arturo Humberto Illia; que no llegó a recibir; hasta entonces los fabricaba el artesano Luis Ricciardi como se estilaba: con caña de malaca, detalles de oro macizo y dos borlas.
Lleva flores de veinticuatro cardos, por cada provincia, más la Capital Federal; y tres pimpollos, que representan las Islas del Atlántico Sur.
Sus antecedentes históricos arrancan en las primeras civilizaciones, y actualmente son usados en muchos países tanto en el ámbito civil como en el militar.
Desde entonces, a cada presidente que asumía se le obsequiaba un bastón, símbolo de la autoridad presidencial en la República.
Raúl Ricardo Alfonsín, ya electo presidente, se enteró del asunto antes de asumir y lo llamó para preguntarle sobre el tema y como nada podía hacer porque la ceremonia de entrega del bastón la organizaba el gobierno saliente le dijo que una vez que asumiera usaría su bastón.
Así lo hizo: donó el que le habían dado y usó en su lugar el de Pallarols.