El exterior está incompleto y es sólo una sombra de lo que pretendía el arquitecto, pero el impresionante interior fue culminado por completo.
Con la basílica de San Patricio, Petre volvió al estilo del renacimiento Palladio con el que está más asociado.
El interior en contraste con el estilo anterior neogótico de la catedral, está ricamente adornado con detalles clásicos.
Esta devoción se acentúo (especialmente en las décadas de 1950 y 1970) por la Novena en honor a la Virgen.
[5] La Basílica de San Patricio es uno de varios templos neozelandeses a los que habitualmente se los llama "basílica", sin embargo litúrgicamente no existe en la actualidad ningún templo católico en Nueva Zelanda que ostente oficialmente la dignidad de Basílica menor otorgada por la Santa Sede.