En la mayoría de los convertibles modernos, un fuerte marco del parabrisas funciona como una barra anti-vuelcos.
A veces, sólo se coloca un arco detrás del conductor.
En algunas ocasiones, estos arcos se integran en el diseño del auto mientras que, en otras, son adaptados al mismo.
Una nueva forma de protección antivuelcos son los arcos desplegables, los cuales están escondidos, pero, cuando los sensores instalados en un auto para este fin detectan un posible vuelco, automáticamente despliegan los arcos y los aseguran en su lugar.
Algunos automóviles que cuentan con esta tecnología son: el Peugeot 307 CC,[1] el Mercedes-Benz Clase SL, y el Jaguar XK.