En 1948, Barbara se trasladó hasta Buffalo, y luego a Nueva York, con su hijo Vaughn.
Aunque se informó ampliamente, Barbara Franklin no abandonó a sus hijos.
Y durante las vacaciones de verano viajaron a Buffalo para quedarse con su madre.
[2] Barbara era cantante de góspel y pianista, habiendo acompañado a Mahalia Jackson habitualmente.
Influyó notablemente en los comienzos de Aretha Franklin, induciéndola a que tomara clases de piano, lo que ella rechazó para ser autodidacta.