La bandera de la Ciudad del Vaticano está formada por dos franjas verticales con los colores amarillo y blanco, en la zona blanca están dibujadas las llaves del Reino de los Cielos.
El color blanco simboliza el cielo y la Gracia de Cristo.
[3][4][5] En el diario de un contemporáneo, el abad Luca Antonio Benedettalla escribe en la misma fecha que "el Papa, para no confundir a los soldados romanos que están bajo el comandante francés, con los pocos que han quedado a su servicio, ha ordenado la nueva insignia amarilla y blanca.
[3] La elección del blanco y amarillo recoge una antigua tradición según la cual, el oro y la plata simbolizan las llaves del Reino que custodia San Pedro, y que en la antigüedad eran entregadas al Pontífice cuando este asumía la sede de Roma en "la Archibasílica lateranense".
[3][4][5] En versiones de gala e interiores, la bandera puede estar adornada con unos flecos dorados en su perímetro.