El consejo no respondió adecuadamente y, siguiendo sus convicciones, se disculpó con las dos chicas por su fracaso en protegerlas.
A raíz del suceso instituyó una seria revisión de casos para examinar esos fallos.
Les agradeció su valentía al dar testimonio y ayudar a asegurar las condenas contra algunos de sus abusadores.
Dijo que si los acusados hubieran atacado a "niñas asiáticas menores de edad, habrían pagado un alto precio en su comunidad".
Expresó su preocupación de que los acusados, uno de los cuales residía en Gran Bretaña desde 1999, requirieran una traducción del inglés al hindi, urdu, pastún y punjabi y cuestionó si un acusado que "ha vivido [en el Reino Unido] durante muchos años" debía requerir o tener derecho a un intérprete.