Balneario y jardines de Jabalcuz

La presencia de baños termales en Jabalcuz se documenta desde inicios del siglo XVII.

Los jardines, íntimamente ligados al balneario, fueron diseñados por el proyectista de la Rosaleda del Retiro, Cecilio Rodríguez Cuevas, e inaugurados junto al casino-restaurante, factura del arquitecto Alberto López de Asiaín, en 1926.

En 1600 se redacta una nueva acta en la que se asignan importantes partidas económicas para la compra de terrenos, que desde ese año y hasta 1870 serán de propiedad municipal.

Los edificios, ofreciendo fachada a una plazoleta, formaban una estructura en escuadra orientada hacia los baños, situados en una cota superior.

Debiendo ser reformadas sus instalaciones, los nuevos proyectos fueron planteados según el gusto del romanticismo decimonónico.

En 1884 se reforma y acondiciona en su totalidad el edificio balneario, bajo la dirección del arquitecto provincial Justino Flórez Llamas.

Hoy enfoscado en cal, originalmente su fachada principal presentaba la planta inferior con aplacado de piedra y la superior con ladrillo visto, con sillares reforzando las esquinas.

Los jardines están organizados en cuatro terrazas, mayor la última, y donde se desarrolla el paseo central.

El paseo inferior está ordenado en torno a una plaza central con una fuente circular también de rocalla coronada por una escultura del Espinario.

No obstante, jardines —aún a pesar de su progresivo abandono— y ventas ampliarían la memoria del paraje unos años más, destacando la casería del Ventorrillo y la popular abacería de María "La Guarra".

Plano del balneario, de Serafín de Alcázar, finales del siglo XVIII )
Estado actual de la ermita de los santos Cosme y Damián (siglo XVIII )
Cascada de agua junto al edificio de las Termas de Jabalcuz. Abril de 2024