La baquelita (o baekelita) fue la primera sustancia plástica totalmente sintética,[1] creada en 1907 y nombrada así en honor a su creador, Leo Baekeland, estadounidense de origen belga.
[2] Se trata de un fenoplástico que hoy en día aún tiene aplicaciones interesantes.
Este producto puede moldearse a medida que se endurece al solidificarse.
No conduce la electricidad, es resistente al agua y los solventes, pero fácilmente mecanizable.
Esto lo diferencia de los polímeros termoplásticos, que pueden fundirse y moldearse varias veces, debido a que las cadenas pueden ser lineales o ramificadas pero no presentan entrecruzamiento, y por ello la baquelita se clasifica como termofijo.