En el año 2002 tenía una población de 80,835 personas y 2.100,2 habitantes por km².
"Se piensa que aquí la contaminación es sólo por el plomo, pero no es así", sostiene.
El cabildo (gobierno municipal) se siente impotente para controlar solo el complejo abanico de la contaminación del municipio, por lo cual ha apelado a otros sectores públicos y privados para encararlo.
La Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales, aprobada en 2000, obliga a observar normas específicas cuando se instalan nuevas industrias.
Por lo pronto, el daño está hecho y repararlo conllevará nadie sabe cuánto tiempo.