El parásito es transmitido por garrapatas y ataca a los glóbulos rojos de la sangre.
[2] El primer caso documentado en humanos no se produjo hasta 1957 en la antigua Yugoslavia.
UU.[3] Aunque se han descrito más de 100 especies, solo unas pocas causan infecciones a los humanos.
En animales, B. canis, B. bigemina y B. bovis causan una forma particularmente grave de la enfermedad, incluyendo una anemia severa.
B. duncani (o Babesia WA-1)[4] ha mostrado una alta virulencia en hamsters y puede causar trastornos sintomáticos en humanos.