Estuvo activo desde los comienzos del siglo XIX hasta la década de 1960.
Las propiedades medicinales de aquellas aguas se descubrieron a principios del siglo XIX al curar un paciente de úlceras erisipelatosas bañándose repetidamente en una alberca formada a la salida del manantial.
La denominación popular del balneario procede de este quídam, que estaba plagado de piojos y que por ello sería conocido en la zona como tío Piojo.
Desde 1858, fecha en que Andrés de Vargas, auténtico creador e impulsor de la explotación termal, adquirió el manantial y los terrenos circundantes y edificó las instalaciones, pasó a denominarse Balneario de la Salud, aunque localmente siempre ha sido conocido como El Baño.
Los edificios e instalaciones, en desuso desde 1970 y abandonados unos años después, están en ruinas.