Eso sólo funciona si el piloto es consciente del misil y despliega las contramedidas a tiempo.
La sofisticación de los buscadores modernos ha hecho que estas contramedidas sean cada vez más ineficaces.
Los diseños verdaderamente prácticos no fueron posibles hasta la introducción del escaneo cónico y los tubos de vacío miniaturizados durante la guerra.
En este uso, el buscador se monta en una plataforma entrenable en el lanzador y el operador lo mantiene apuntando en la dirección general del objetivo manualmente, a menudo usando un pequeño telescopio.
El buscador no rastrea el objetivo, sino el misil, a menudo ayudado por bengalas para proporcionar una señal clara.