Influido por el cubismo, el arte déco y el arte primitivo africano, Béla Vörös, creó un lenguaje nuevo, manteniéndose fiel a las formas figurativas Béla Vörös nació en 1899 en Esztergom, Hungría.
En 1938, vuelve en París, donde pasa años difíciles, perdiendo a su mujer, la pintora Ilona Karikás, En 1945, Vörös se instaló en Boulogne-Billancourt y trabajó en su taller de Sèvres.
Habiendo hecho construir una casa sobre sus propios planos, se instaló en 1958 de modo permanente a Sèvres, donde vive retirado.
Continúa sin embargo a participar en salones y en las exposiciones colectivas manteniéndose en contacto con la galería de Félix Marcilhac.
En 1970, fue presentado entre los húngaros de París en la exposición « Artistas del siglo XX emigrados de origen húngaro » en Budapest, así como a la galería Isis a París en 1975.