Avena fatua

Planta con raíz fibrosa, densamente ramificada; con tallos herbáceos, erectos o, algunas veces, plegados en los nudos inferiores, de 40 a 60 cm de altura; hojas con lígula membranosa, limbo lanceolado de 10 a 20 cm de largo y 1 cm de ancho, ascendente y áspero el tacto; la inflorescencia es una panícula racemosa, abierta, de 10 a 30 cm de largo de espiguillas colgantes, sostenidas por pedicelos delgados, y que contienen 2 a 3 florecillas cubiertas por glumas de 2-3 cm de largo con nervaduras verdes prominentes y con pelos largos de color café en la base; dichas glumas sostienen, en la parte media del dorso, una arista de 3 a 4 cm de largo, doblada en su región media.

Introducida prácticamente en el mundo entero, excepto zonas desérticas o tropicales y altas latitudes.

Avena fatua fue descrita por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 1: 80.

[1]​ Avena: del latín ǎvēna, -ae, ya utilizado por, entre otros, Virgilio en las Georgicas (1, 77 y 164) para designar este género de Gramínea.

fatua: epíteto latín de fātǔus, -a, -um, insensato, extravagante, loco.

Espiguilla, detalle.
Avena fatua en Jan Kops , Flora Batava , vol. VIII, 1844