Coué estuvo en dicho lugar entre 1885 y 1886 después de dejar su negocio en Troyes.
Hacia 1903, Coué recomendó a una nueva medicina patentada a un hombre, basado en su propio material de promoción, la cual tuvo efectos inesperados e inmediatos de curación.
[10] Coué como químico, hizo un análisis de laboratorio y no encontró nada en el dicho medicamento que pudiera producir remotamente los resultados.
[12] Coué descubrió que los sujetos no pueden ser hipnotizados en contra de su voluntad y, aún más importante, que los efectos de la sugestión hipnótica disminuyen cuando el sujeto recupera su conciencia.
Está más próximo a las técnicas de meditación y se utiliza principalmente para aliviar diversos trastornos psicosomáticos inducidos por el estrés.
Por el contrario, si se trata de pensamientos pesimistas, la enfermedad tomará dominio del cuerpo.
Coué observó que el principal obstáculo a la autosugestión era la fuerza de voluntad.
Todo debe operar de tal manera que se asegure la idea autosugestiva positiva aceptada por el paciente.