Se trata de un acto que reúne muchos visitantes y mucha expectación, en el cual la patrona de Cullera, la Virgen María del Castillo de Cullera, es llevada al barrio de San Antonio, y allí a la salida del sol la imagen es paseada por los pescadores y marineros hasta la orilla del mar.
Resulta un espectáculo ver las barcas fondeando frente a la playa de San Antonio, los fuegos de artificio y detrás el sol saliendo.
Los vecinos del barrio y todos los visitantes pasan toda la noche esperando a la Virgen María.
Durante esta noche, la playa de San Antonio se llena de jóvenes que encienden hogueras, y comen y beben hasta la llegada de la aurora.
El acto finaliza con un gran castillo de fuegos artificiales que es contestado por fuegos artificiales desde las barcas de los pescadores.