Otros dos atacantes hicieron explotar un coche bomba en el centro educativo y cultural de la Alianza Israelita Universal (AIU), causando solamente daños materiales por encontrarse el edificio vacío a esa hora.
Por último, un tercer coche bomba estalló frente la pizzería Le Positano ante el Consulado-General belga matando a dos policías.
El ataque fue coordinado por una célula francesa del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), conectado a Al Qaeda, compuesta por ciudadanos de doble nacionalidad franco marroquí y franco turca, residentes en el departamento de Yvelines (Francia), radicalizados en los años noventa, que fueron condenados en Francia por terrorismo y desprovistos de nacionalidad francesa en 2015.
El principal acusado de coordinar los atentados, Abdalhak Mul Sebbat, fue detenido el 25 de mayo y murió al día siguiente cuando iba a ser trasladado a un hospital desde las dependencias policiales.
[1] La sociedad marroquí quedó conmocionada y se reforzaron las medidas de seguridad antiterrorista.