Atentado de Mánchester de 1996

Doscientas doce personas resultaron heridas, pero no hubo muertos.

[2]​ El atentado fue condenado por los gobiernos británico e irlandés, al igual que el presidente de Estados Unidos Bill Clinton.

Cinco días después del atentado, el IRA emitió una declaración en la cual aceptaba su responsabilidad, pero lamentaba haber herido a civiles.

Varios edificios cercanos a la explosión fueron dañados de forma irreparable y debieron ser demolidos, mientras que muchos otros permanecieron cerrados por meses debido a reparaciones estructurales.

Los perpetradores del ataque no han sido aprehendidos y la policía del Gran Mánchester ha aceptado que es improbable que alguien sea procesado en relación con el atentado.