Se trataba de un esquife tripulado por siete individuos, que abrieron fuego contra la unidad española con fusiles AK-47.
[6] Desde el barco español se respondió al fuego con armamento ligero, pero cuando los piratas persistieron en la agresión, los marinos procedieron a "neutralizar" la amenaza en lo que el Ministerio español de Defensa describió como "fuego de autodefensa",[8] con el cual obligaron al esquife a retirarse.
[7] El bote a motor fue perseguido por el helicóptero SH-3 Sea King del Patiño durante 3000 yardas y advertido por megáfono hasta que se detuvo después de dos ráfagas desde la ametralladora del helicóptero.
Durante la huida, los atacantes arrojaron por la borda tres escalas, dos mochilas y siete fusiles.
Velasco consideró que era posible juzgar el ataque en aguas internacionales debido a que fue llevado a cabo contra ciudadanos españoles y ningún acuerdo en vigor con un tercer país lo impedía.