Nacida en la isla griega de Egina en el siglo IX, quería hacer vida religiosa, pero su familia le obligó a contraer matrimonio con un joven rico, oficial del ejército, que murió 16 días después en un combate contra los árabes que habían asaltado la costa.
[2] Atanasia quiso entonces tomar los hábitos religiosos, pero sus padres le persuadieron para contraer un nuevo matrimonio, nuevamente con un hombre rico y muy devoto.
Como ella, se libró en la oración mediante la caridad, repartiendo alimentos entre los pobres y los llamados "tsigani" que, muy probablemente, eran gitanos.
Éste les sugirió que fuesen a un lugar solitario para hacer vida retirada y marcharon a Tamia, donde fundaron un monasterio.
La fama del monasterio llegó a la emperatriz bizantina Teodora, que la llamó a Constantinopla y la nombró consejera para restaurar el culto en las imágenes después de la iconoclastia.