Antiguamente, se llamaba atajador al explorador, descubridor o práctico.
Según las Ordenanzas de las Guardas de Castilla de 1496 y 1525, el atajador a caballo tenía de ventaja 15 maravedises diarios y el de a pie, 7.
En el real despacho de capitán general de la Costa de Granada expedido a Sancho Dávila el 29 de octubre de 1579 se dice: Diccionario militar, etimológico, histórico, tecnológico,...
José Almirante, 1869