El análisis de ADN realizado en 2018 en el feto humano prematuro identificó mutaciones inusuales asociadas con enanismo y escoliosis, aunque estos hallazgos fueron posteriormente disputados.
Los restos fueron encontrados por Oscar Muñoz, quien posteriormente los vendió; el propietario actual es Ramón Navia-Osorio, un empresario español.
[4] El primero en fotografiar el esqueleto fue Alejandro Dávalos, otro recolector de las pampas salitreras como Muñoz a quien le mostró la criatura.
[4] El análisis de ADN en el feto humano prematuro identificó mutaciones inusuales asociadas con enanismo y escoliosis, aunque otros estudios cuestionaron las anormalidades genéticas, encontrando que el esqueleto mostraba un desarrollo fetal normal.
[8] Durante el análisis de ADN realizado por Nolan, se encontró el grupo haplotipo B2 ADNmt en los restos.
[8] En marzo de 2018, Nolan publicó resultados adicionales, afirmando que el feto tenía un trastorno raro de envejecimiento óseo, así como otras mutaciones genéticas en genes asociados con enanismo, escoliosis y anomalías en los músculos y el esqueleto.