En su lugar es mucho más fácil estudiar el material difuso en moléculas como el CO.
La palabra "astroquímica" puede ser aplicada tanto en el estudio del sistema solar como en el medio interestelar.
La espectroscopía fue utilizada por primera vez como una técnica astronómica en 1802 en los experimentos de Wiliam Hyde Wollaston, quien construyó un espectrómetro para observar las líneas espectrales presentes en la radiación solar.
[3] Estas líneas espectrales fueron después cuantificadas mediante el trabajo de Joseph von Fraunhofer.
[4] Estas observaciones fueron estudiadas posteriormente por Léon Foucault, quien demostró en 1849 que un material a diferentes temperaturas produce líneas de absorción y emisión similares.
[6] La importancia teórica brindada a estos resultados espectroscópicos fue el devenir de la mecánica cuántica como la teoría que permitió comparar espectros atómicos y moleculares obtenidos experimentalmente con aquellos calculados a priori.
[7] Hasta este punto, las únicas especies químicas cuya existencia en el espacio interestelar era conocida eran átomos.
De hecho, el CO es una especie tan común que es usada para mapear regiones moleculares.
[14] Una de las razones por las cuales este descubrimiento fue controversial es que a pesar de que la radio interferometría y otros métodos como la espectroscopía rotacional brindan buenos resultados para la identificación de especies simples con momentos dipolares grandes, son menos sensibles a moléculas más complejas incluso siendo relativamente pequeñas como los aminoácidos.
Más allá de eso, algunos métodos son completamente ciegos ante moléculas que no poseen un dipolo.
Por ejemplo, de lejos, la molécula más común en el universo es el hidrógeno gaseoso (H2), la cual no posee un momento dipolar, por lo que es invisible a los radiotelescopios.
Los Investigadores de la NASA utilizan el telescopio aéreo SOFIA (Observatorio estratosférico para espectroscopía infrarroja) y el telescopio espacial Spitzer para llevar a cabo la observación, investigación y operación científica.
La baja densidad del espacio interestelar e interplanetario da como resultado una química inusual, pues las reacciones prohibidas por simetría no pueden ocurrir más que en escalas temporales muy largas.
Una estrella de primera generación utiliza hidrógeno elemental (H) como combustible para producir helio (He) y liberar energía.
El carbono, oxígeno y silicio son ejemplos de elementos formados en la fusión estelar.
Después de varias generaciones, se forman los elementos más pesados (hierro y plomo).
En octubre de 2011, se reportó que el polvo cósmico contiene materia orgánica ("sólidos orgánicos amorfos con una estructura mixta aromática-alifática") que puede ser creada de forma natural y rápida en las estrellas.
[29][30] El glicolaldehído es necesario para formar ácido ribonucléico o ARN, similar y complementario en funciones con el ADN.