Durante el Imperio romano el desarrollo de la astrología fue más bien lento ya que los estudiosos romanos se dedicaron, sobre todo, a recopilar los conocimientos esencialmente de origen griego y egipcio.
En este sentido uno de los más importantes excepciones fue San Agustín el cual fue especialmente crítico.
La astrología propiamente dicha, por no superar las pruebas pertenecientes al respecto, se separó de la astronomía y fue perdiendo prestigio acabando, así, degradándose su percepción hasta ser visto al final, a ojos de los científicos y consecuentemente por la población en general, como un puñado de supersticiones sin fundamento racional.
Aparte de eso una carta astral también puede ser estudiada para analizar un momento histórico local o mundial entre otros usos posibles.
Para decirlo resumidamente: los planetas son el qué, los signos el cómo y las casas el dónde o cuándo.
Por norma general, son objeto de estudio como astros principales el Sol, la Luna y los planetas del Sistema Solar (incluyendo el recientemente redefinido como planeta enano Plutón) aunque últimamente existen numerosos astrólogos que usan también otros cuerpos celestes menores tales como Quirón o algunos de los más importantes conocidos ubicados en el cinturón de asteroides como Ceres, Palas, Juno o Vesta.
El Sol y la Luna se consideran, en conjunto, el núcleo central de personalidad.
Por otra parte, estos astros tienen vínculos con los signos llamados dignidades los cuales son siempre cuatro: caída, exilio, exaltación y regencia.
Esta última es considerada la más importante y más estudiada en la interpretación de una carta astral ya que la regencia (también denominada domicilio) otorga un vínculo armónico de características entre astro y signo lo que, según los astrólogos, hace especialmente significativa su lectura si coinciden en la misma posición el planeta regente con su signo regido correspondiente.
En un sentido estrictamente psicológico los signos son arquetipos de personalidad; es decir: encarnan modelos básicos de comportamiento personal no equiparables entre sí aunque pueden compartir algunos rasgos puntuales.
Por orden cronológico/espacial, los doce signos del Zodiaco son: Los signos se pueden clasificar de acuerdo a tres maneras diferentes que se superponen entre sí dotando a todo el conjunto de un sentido armónico y coherente.
El sistema de casas es una estructuración geométrica del espacio alrededor de la persona u objeto estudiado en la carta dividiéndolo en doce porciones (no necesariamente iguales) donde cada porción, según su ubicación angular respecto al punto del ascendente, tendrá un significado concreto.
Al igual que los signos también se pueden clasificar en grupos de varias maneras otorgándole un significado colectivo a cada grupo aunque las clasificaciones más importantes son tomando como líneas divisorias los ejes ascendente-descendente y medio cielo-fondo de cielo, de esta forma, por ejemplo, se contemplan los hemisferios: si se usa de separador del eje ascendente-descendente se tienen en la parte inferior de la carta del hemisferio nocturno y en la parte superior el hemisferio diurno, si en cambio se utiliza el eje medio cielo-fondo de cielo aparecen el hemisferio del yo (el occidental) y el hemisferio del tú (el oriental).