Sectores económicos y administración pública coincidieron en la necesidad de que nuestro país dispusiese de una organización similar a las que ya existían en otros países europeos.
Así, se trasladó a la iniciativa privada las actividades de normalización y certificación con la constitución de una organización privada e independiente y sin fines lucrativos.
El objetivo era difundir la cultura de la calidad entre el tejido productivo español para así mejorar su competitividad.
Es a finales de los 90 cuando se inicia en nuevos campos como la alimentación, la artesanía o los servicios.
También confianza respecto a la calidad, en la seguridad de los productos o servicios.
Confianza en el compromiso con el medio ambiente y en la seguridad de los trabajadores, así como en la apuesta por la innovación.