[2] Se caracteriza por su gran tamaño y corpulencia (mide 1,60 m), solo comparable al del asno de raza andaluza-cordobesa, llegando a alcanzar un peso de 350 kg; el perfil es recto y sus ojos están bien marcados.
[4] En este sentido, las razas de capa negra del norte de España, entre las que se encuentra el asno zamorano-leonés, derivan concretamente del asno salvaje somalí.
Es a mediados del siglo XX cuando se sufre un claro retroceso con la mecanización del campo, hasta reducir su población a aproximadamente mil ejemplares, encontrándose el 80 % en Zamora.
De este modo, destaca la utilización del asno como atracción para el turismo rural, pero también su uso como en exhibiciones ganaderas, por su atractivo morfológico.
[9] Sin embargo, la asinoterapia es el empleo más novedoso, sirviéndose del asno como herramienta terapéutica con personas en desventaja física, psicológica o social.
[10] También es posible su uso en equitación, aunque no es común dicha práctica en esta raza —y ni siquiera en este animal—, sí es posible debido a su carácter dócil y a su alto nivel de inteligencia y aprendizaje.