Asiento eyectable

Durante esta época el avión a hélice alcanzaba velocidades de hasta 700 km/h, por lo que abandonar las cabinas cerradas, debido a la presión dinámica, era una tarea que exigía toda la concentración y fortaleza del tripulante.La llegada de los reactores y sus velocidades cercanas a los 1000 km/h confirmaron que saltar no era la solución, pues muchos morían al chocar con la cola del avión.El problema a resolver era cómo alejar rápidamente al piloto del avión.Nuevamente se necesitaba un piloto consciente para saber su posición respecto a la tierra, por lo que los dispositivos no eran 100 % seguros.Otras lesiones se debían a la incorrecta posición de los brazos y piernas al golpear con la cabina.
Un asiento eyectable en acción desde un avión en tierra.
Señal internacional de advertencia de los asientos eyectables
Eyección del asiento ACES II de un F-16 a menos de un segundo de la colisión