Santos, el nuevo líder interino del partido comunista, llama a un investigador privado, Pepe Carvalho.
Durante el régimen Franquista, Fonseca persiguió a izquierdistas como Carvalho.
Debido a que el crimen tuvo lugar en un período corto de tiempo y en la oscuridad, las sospechas se centran en cinco miembros del partido comunista: Sepúlveda, Esparza Julvé, Montesa Pérez, Leverder y Ordóñez.
Durante un viaje a Alemania fue contactado por agentes de la CIA para matar al líder comunista por dinero.
Carvalho confirma la identidad del asesino forzando al hombre discapacitado a revelar lo que sabe.
Le llena la boca con balas y empuja su silla de ruedas a la calle en medio del tráfico.
Ella lo invita a su apartamento mientras su marido y su hijo están ausentes.
Esta película se rodó con la intención de repetir la noticia del crimen una y otra vez, y así crear el clima social existente en el país en los años 80.