Joseph Smith y su hermano poseían sólo una pequeña pistola de bajo calibre oculto en sus vestimentas.
Ante la embestida a la fuerza de la puerta, tanto los hermanos Smith como Willard Richards y Taylor intentaron contener la puerta de la habitación donde estaban detenidos, Taylor usando un bastón golpeó varias manos armadas que asomaron y arrebataron una pistola de 6 tiros que se asomó entre las embestidas.
Acabada la munición, nuevamente la turba embistió la puerta abriéndola violentamente, la puerta ocultó de fortuna a Willard Richard, John Taylor intentó saltar por la ventana, al asomar al marco recibió una bala en la pierna y otra contra su pecho que detuvo un reloj de bolsillo, el impulso de la bala lo hizo rodar hacía adentro bajo un camastro mientras la turba ingresaba a la habitación disparando, Joseph Smith intentó lanzarse desde la misma ventana al vacío exclamando: -¡¡Oh Señor, Dios mio!
!- recibiendo un balazo por la espalda y otro impacto desde fuera, cayendo muerto junto a un pozo.
Taylor herido bajo el camastro vio súbitamente retirarse a la turba diciendo: -¡Ahí vienen los mormones!-.
Taylor logró sobrevivir con cuatro disparos en el cuerpo, Willard Richards resultó proverbialmente ileso al no ser descubierto por la turba.
Ambas denominaciones, la mayoritaria en el Estado de Utah y otra en Kirtland, Ohio coexisten armónicamente hasta hoy.