Arturo Rangel Sosa

En esos menesteres se hallaba, cuando recibió la ordenación por la Oficina Central para fundar la obra en la República de Panamá.

Sin techo, durmiendo en parques, sótanos o a la intemperie; este varón de Dios no descansaba en su misión celestial.

Selvas, valles, montañas y ciudades fueron testigos del trabajo de este misionero ejemplar.

Estableció su oficina nacional en la ciudad de Panamá en el año 1955, desde donde dirigía y guiaba tan grandiosa obra.

Su desaparición física consternó a toda la feligresía, llenándolos de tristeza y dolor.