Llegó al país en 1993 desde Búfalo, Estados Unidos.
Por ello, varios activistas por los derechos de los animales han apodado a Arturo como el "animal más triste del mundo" y promovido una petición para trasladarlo al Zoológico de Assiniboine en Winnipeg, Canadá, la cual acumuló atención considerable luego que la etiqueta #Freearturo se hiciera trending topic en Twitter.
Quienes apoyaban la petición también hicieron notar que otro oso polar había muerto en Buenos Aires en diciembre de 2012 debido al calor excesivo, y argumentaron que Arturo sufría síntomas de depresión y otros problemas mentales.
El Zoológico de Assiniboine respondió que aceptarían con gusto a Arturo, no obstante, no contaban con la autoridad para hacerlo a menos que el gobierno argentino lo permitiese y que el Zoológico de Mendoza proporcionase las fichas médicas necesarias para hacer el traspaso posible.
El 24 de julio del mismo año, el director del Zoológico de Mendoza, Gustavo Pronotto dijo a Associated Press que Arturo estaba muy viejo para ser trasladado a Canadá.