[2] Artemis está organizado como un club de sauna, similar a otros burdeles alemanes: tanto los clientes como las prostitutas pagan una entrada y pueden utilizar las instalaciones durante 24 horas.
[4] La comida y las bebidas no alcohólicas están incluidas en el precio de la entrada.
Las bebidas alcohólicas pueden adquirirse en el bar y cuestan a partir de 10 euros la cerveza.
[3] El pago se entrega directamente a las mujeres después del acto; la casa no recibe tajada, sino que regula los precios y los servicios.
[3] Las prostitutas pueden alojarse en el burdel, alquilando habitaciones en la cuarta planta, que está vedada a los clientes.
[2] En Alemania existen varios clubes comparables, la mayoría en la zona norte de Fráncfort.
Norman Jacob, el abogado del propietario, fue citado en un artículo diciendo: "El fútbol y el sexo van de la mano".
[4] Unas semanas después, un ruso residente en Berlín fue detenido como sospechoso del caso.