Aromiel

Los aceites esenciales son ligeros y no grasos, la mayoría de ellos incoloros o de un color amarillento, se disuelven fácilmente en los aceites grasos y no lo hacen en agua.

Son muy complejos desde el punto de vista químico y esta misma complejidad hace que sean a la vez versátiles y seguros, dado que los numerosos componentes químicos actúan conjuntamente y equilibran sus efectos entre sí.

Tienen múltiples propiedades antibióticas, antiinflamatorias, analgésicas, antisépticas, astringentes y bactericidas.

Su uso puede realizarse tanto a nivel interno como externo, pero en ambos casos necesita un medio en el que disolverse, en ningún caso deben aplicarse en estado puro sin diluir.

Para este menester se han probado distintos medios: a nivel externo son ideales los aceites vegetales, mientras que a nivel interno, tras probar con distintas sustancias (infusiones, azúcar), se ha comprobado que la miel es un vehículo satisfactorio y seguro.

Miel.
Alambique.