En 1871 fue nombrado profesor de mineralogía en Breslau, y en 1880 profesor de mineralogía y geología en Bonn.
En 1876 estudió un mineral que se encontraba en la colección de minerales del museo de Breslau clasificado como vivianita de España, descubriendo que era un silicato y que no contenía fósforo.
Lo consideró una especie mineral nueva, para la que propuso el nombre de aerinita.
Acuñó el término troctolita para una roca ultramáfica rica en plagioclasa cálcica y olivino.
Tras sus estudios y observaciones realizados entre 1834 y 1869, en 1880 editó Der Aetna basándose en los manuscritos del estudio inicial no acabado del doctor Wolfgang Sartorius von Waltershausen.