Ariobarzanes III de Capadocia

El Senado romano le concedió la sucesión de su padre Ariobarzanes II Filopator.

Se ganó la gratitud de Cicerón en su proconsulado en Cilicia.

Cicerón reseñó que estaba rodeado de enemigos en la corte, incluida su madre.

Apoyó a Pompeyo en la segunda guerra civil de la República romana, pero fue mantenido en su puesto por Julio César, e incluso aumentó su territorio con la Pequeña Armenia, que le había sido arrebatada al gálata Deyotaro.

Tras esto invadieron Capadocia y le condenaron a muerte.

Busto de Ariobarzanes III en un dracma emitido en su nombre