En 423, tras un período de anarquía entre 421 y 423, en que el rey Sapor IV salió del país para reclamar el trono persa (muriendo) y los nakharars gobernaron los territorios respectivos sin autoridad central, los mismos nakharars pidieron al rey Bahram V de Persia el nombramiento de Ardacher como rey, y les fue concedido.
El rey demostró desde el principio una afición por las mujeres exagerada para la época.
Los nakharars pronto criticaron los hábitos disolutos del rey, y quisieron deponerle.
Sahak I, el patriarca de Armenia, no les secundó.
Los nakharars, enojados, enviaron una delegación a la corte de Ctesifonte dirigida por el monje Surmak de Manzakert[cita requerida], que acusó a Sahak.