Habita la selva de las montañas de Taiwán, generalmente a entre 1.500 y 2.000 metros, aunque se le ha podido observar entre los 700 y los 3000 metros.
Esta especie siente predilección por la espesura, lo que hace que sea muy difícil de observar, incluso cuando canta a pocos metros del observador.
Su dieta consiste en frutas, semillas, gusanos e invertebrados que encuentra al raspar la hojarasca.
Su canto, un suave silbido, es audible con la salida del sol, en la mitad de la mañana.
El nido está metido en una grieta entre dos grandes rocas o entre las raíces de un árbol.