Se observa que las arborescencias eléctricas se inician en puntos del aislante donde impurezas, burbujas gaseosas, discontinuidades físicas, defectos mecánicos o partículas conductoras crean pequeñas regiones con un alto esfuerzo o estrés eléctrico sobre el material dieléctrico.
Una impureza o defecto puede inclusive producir una fractura parcial del propio dieléctrico.
Con el tiempo se formará dentro del dieléctrico una figura ramificada tridimensional semejante a un árbol, parcialmente conductora de la electricidad.
Esta arborescencia puede en ocasiones crecer hasta el punto de causar la falla completa del material aislante.
[2][3] De una manera similar, pueden aparecer arborescencias eléctricas bidimensionales sobre la superficie de aislantes sometidos a un gran estrés eléctrico, o cuya superficie se contaminó con polvo, sales minerales o humedad.
En ocasiones, esos dibujos que siguen patrones ramificados bi y tridimensionales son llamados figuras de Lichtenberg.