Los orígenes de los nombres toponímicos se han atribuido a dos tendencias no mutuamente excluyentes.
[2] Se debe ser cauteloso para interpretar un apellido como toponímico basado en su deletreo solo, sin conocer su historia.
[3] En algunos casos, la preposición se ha fusionado en el nombre,[4] como Atwood (at wood)[5] y Daubney (originariamente era de Albigni, por Saint-Martin-d'Aubigny).
[7] En polaco, lo mismo se logra agregando "(w) ski" o "cki" al final.
Por ejemplo, el apellido Kolakowski proviene del pueblo cercado por una empalizada circular o "Kolaki".